Los servicios de Family Office se dirigen a aquellas familias que desean optimizar la gestión de sus intereses patrimoniales mediante la centralización, con la intención de conservarlos a largo plazo, traspasarlos eficazmente a las generaciones siguientes y preservar la cohesión y armonía familiar como un objetivo en sí mismo.
La gestión impecable de un patrimonio complejo trasciende con creces la aplicación rigurosa de las técnicas, reglas y recetas más probadas de inversión y gestión de activos, riesgo y liquidez, así como el uso de la rentabilidad como único norte y criterio. Sus pautas son el trabajo a medida, la creatividad, la neutralidad y la integridad, libres de todo conflicto de interés, rigiéndose en todo momento según los principios rectores de la familia y bajo su supervisión.
El Family Office es especialmente eficaz cuando el patrimonio es de naturaleza compleja, con empresas familiares, inmuebles urbanos, explotaciones agrícolas y vitícolas, bienes e inversiones en el extranjero, operaciones de capital privado y de riesgo, promociones inmobiliarias, participaciones en fondos de inversión, inversiones en materias primas, coberturas de riesgos de interés y de moneda, etc.
El Family Office no sustituye a los asesores e interlocutores habituales de confianza de la familia, ni a los ejecutivos expertos de la empresa familiar, sino que colabora con ellos e incluso busca a aquellos profesionales especialmente formados e informados para responder de manera óptima a situaciones puntuales, como la fiscalidad internacional o la pericia en arte.